Recientemente la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) publicó un proyecto de impuesto mínimo coordinado internacionalmente para las empresas multinacionales, con el fin de alcanzar un acuerdo mundial al respecto en 2021. La iniciativa es un intento por abordar el asunto de la evasión fiscal, práctica en que multinacionales aprovechan los paraísos fiscales para reducir sus impuestos, mientras sus negocios operan en otro país, informó WSJ.
De momento, no es seguro que ningún acuerdo cubra el transporte marítimo mundial. No obstante, la propuesta actual deja abierta la posibilidad de que el impuesto mínimo global se aplique también al sector. En palabras del jefe puertos y el transporte marítimo del Foro de Transporte Internacional (ITF) de la OCDE, "el plan afectaría al tratamiento fiscal preferencial de larga data que se ha convertido en uno de los fundamentos financieros de los negocios marítimos y que se extiende a todo el sector del transporte internacional de mercancías".
Hasta ahora, grupos de lobby del sector marítimo han presionado para lograr excepciones y han tenido un éxito de forma parcial, ya que algunos países han apoyado su caso. Sin embargo, otros se han argumentado en contra de una excepción especial.
"Someter el transporte marítimo a un impuesto mínimo mundial invertiría décadas de evasión fiscal por parte del sector. Los gobiernos han apoyado la práctica permitiendo a sus propietarios registrar sus buques en paraísos fiscales. Luego, trataron de recuperar los ingresos perdidos mediante medidas como los impuestos sobre los volúmenes de carga transportados en los buques, denominados impuestos sobre el tonelaje, que suelen ser muy favorables para las compañías navieras", explicó Merk.
Como resultado de lo anterior, muchas navieras no pagan ningún impuesto sobre la renta de las empresas. En promedio, la tasa efectiva del impuesto sobre la renta de las empresas es del 6% para el transporte a granel, del 3% para el sector de los buques cisterna y del 0% para las líneas de cruceros. Esto está muy por debajo de la tasa media del impuesto sobre la renta de las empresas para otras partes del sector del transporte de mercancías.
Merk plantea que una tasa impositiva mínima del 12,5% a las ganancias aportaría US$2.500 millones adicionales al año de ingresos fiscales solo del sector del transporte marítimo. Sin embargo, reconoce que parte de ello se traduciría en menores beneficios para las navieras y que otra parte se transferiría a los clientes y daría lugar a mayores costos de la cadena de suministro marítimo. Aunque destaca que como los costos de transporte marítimo representan una parte muy pequeña del valor de importación de la mayoría de las mercancías, los efectos en el sector comercial más amplio que utiliza el comercio marítimo serían probablemente marginales. De todas formas, advierte que los efectos en el transporte de mercancías en su conjunto podrían ser importantes.
Por otro lado, un informe de la ITF de 2019 sobre subvenciones marítimas indicó que la Comisión Europea había aprobado varios planes de impuestos sobre el tonelaje en los países miembros que permitían a las navieras reducir los ingresos de sus terminales, expediciones e incluso operaciones de transporte por carretera en parte al impuesto sobre el tonelaje. Es decir, las actividades no relacionadas con el transporte marítimo de esas empresas podían beneficiarse del régimen de impuesto sobre el tonelaje.
Asimismo, investigaciones recientes muestran que los operadores de terminales portuarias que forman parte de un grupo naviero tienen una tasa impositiva efectiva del 14%. Mientras que los operadores de terminales independientes y no integrados tienen una tasa impositiva efectiva del 21%. La cuota de mercado de los operadores de terminales que forman parte de grupos de transporte marítimo se ha duplicado en el último decenio y se sitúa actualmente en torno al 40%.
"La aplicación de una tasa impositiva mínima global a la industria del transporte marítimo ayudaría a resolver esta distorsión de la competencia y podría detener la tendencia a la integración vertical en la logística marítima. También cambiaría el panorama institucional del transporte marítimo", sostuvo Merk.
Cabe destacar que actualmente la mayoría de los buques se abanderan mediante registros internacionales, puesto que garantiza a los armadores la ausencia de impuestos corporativos y los requisitos relacionados con la mano de obra o la transparencia.
Merk asegura que esta estructura es problemática para la aplicación de las regulaciones mundiales de transporte marítimo, porque depende de la supervisión de un pequeño número de estados que son lugares de registro favorecidos.
"La aplicación de un impuesto mínimo mundial al sector del transporte marítimo probablemente reduciría la importancia de estos pabellones de conveniencia. Esto también podría reequilibrar el poder dentro de la OMI, con la influencia en la toma de decisiones y la aplicación que probablemente se trasladará a las naciones comerciales y propietarias de buques con una mayor capacidad para hacer cumplir los reglamentos", precisó Merk.
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