BIMCO envió una carta, fechada el 17 de marzo, al Representante de Comercio de EE.UU. (USTR) a raíz de la solicitud de la entidad de “comentarios relativos a la acción propuesta de conformidad con la investigación de la Sección 301 sobre el predominio de China en los sectores marítimo, logístico y de construcción naval”.
De acuerdo con BIMCO, “debido a la naturaleza altamente competitiva del mercado internacional del transporte marítimo, el aumento de buques de origen chino, con una buena relación calidad-precio, ha resultado en costos comparativamente más bajos para el sector, lo que beneficia al comercio mundial y a las economías globales, incluyendo a la de Estados Unidos”.
Añade que los buques ya construidos en China “no desaparecerán de la flota global si se introducen los gravámenes portuarios propuestos” y apunta que de ser así “se generará una escasez global de capacidad para satisfacer las necesidades de transporte mundial y costos de transporte hiperinflados”.
Según la organización el cobro de estos gravámenes “aumentará significativamente el costo del transporte marítimo hacia y desde Estados Unidos, incluso si los operadores siguen estrategias de evasión”.
En la carta, BIMCO explica que la mayoría de los operadores del mundo poseen buques de origen chino que, al recalar en puertos de Estados Unidos, estarían sujetos a los gravámenes. Sin embargo, indica que “los costos se trasladarían a los importadores estadounidenses de bienes extranjeros y, en última instancia, al consumidor estadounidense”.
La organización añade que el segundo gravamen pretendido para los buques de operadores chinos es probablemente prohibitivo para que sigan comerciando con puertos estadounidenses. “Una tasa de US$1.000 por tonelaje neto de, por ejemplo, un superpetrolero de 300.000 dwt supone más de US$100 millones por recalada”.
Consecuencias
BIMCO advierte que si la estructura de gravámenes propuesta se implementa tal cual, “el comercio marítimo hacia y desde Estados Unidos se volverá menos eficiente y económicamente viable” y agrega que “la totalidad de la flota mundial no cambiaría, pero el costo global del comercio marítimo aumentaría debido a la menor competencia en un segregado mercado estadounidense. En este sentido, cabe recordar que las importaciones y exportaciones estadounidenses representan aproximadamente el 12% del comercio marítimo mundial, por lo que las consecuencias de la reorganización del comercio marítimo tendrán un impacto mucho mayor en las importaciones y exportaciones estadounidenses que en el comercio del resto del mundo”.
En cuanto a la reacción en particular del sector portacontenedor BIMCO indica que “buscaría minimizar el número de recaladas en Estados Unidos por buque. Lo que “inevitablemente provocará congestión portuaria, obstrucción del flujo comercial y una mayor necesidad de redistribución interior” y que la reducción de recaladas podría hacer a “algunos puertos podrían volverse poco atractivos para el comercio exterior”.
También, advierte el aumento del costo del transporte de las importaciones de materias primas y que las exportaciones de GNL y productos químicos estadounidenses podrían volverse escasas o nulas.
La carta explicita además que la construcción naval estadounidense no ha sido competitiva durante mucho tiempo, como lo demuestra la escasez de capacidad construida. Además, en caso de que Estados Unidos requiera transportar sus exportaciones en buques propios, el costo aumentaría significativamente y afectaría la competitividad especialmente de productos de bajo valor como los cereales y la soja.
En resumen, BIMCO advierte que “las medidas propuestas impondrán un aumento considerable de los costos de transporte a las importaciones y exportaciones estadounidenses y tendrán efectos negativos en la economía estadounidense en general y su impacto sobre el dominio chino del sector marítimo es menos seguro.
Cabe mencionar que BIMCO, es la mayor organización de acceso directo en la industria naviera, que representa a casi 2100 miembros y al 63% de la flota mercante mundial, medida en dwt y cuenta con miembros en 130 países, incluidos Estados Unidos y la República Popular China.
Por MundoMaritimo
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